Este año hemos elegido como lema para nuestro campamento la siguiente pregunta: “Y tú, ¿de quién eres?”

Nuestra pretensión era tener como fondo dos temas paralelos: la familia y nuestra pertenencia a la Iglesia como una gran familia o familia de familias.

No se nos oculta que son dos temas complejos de tratar en la actualidad, pero por eso mismo más necesarios aún. Ambos pertenecen a las entrañas mismas de la vida y de la fe: no se puede desarrollar plenamente el ser humano sin familia y tampoco el cristiano sin Iglesia.

Hace años se comenzó a difundir el slogan “Cristo sí, Iglesia no”, hoy, incluso se ridiculiza o aminora la persona de Cristo y su misterio. Algo así sucede con la familia: su “deconstrucción", mutilación, o tergiversación vendrá a producir la desvalorización de la dignidad de la persona.

Sólo en la familia, sólo en la Iglesia, se nos quiere por quién somos, no por cómo somos o por lo que aportamos. Es en la familia y en la Iglesia donde nos podemos sentir amados personalmente, donde se experimenta la entrega desinteresada. De esa primera experiencia de amor podemos “saltar”, comprender, sentir, el amor personal de Dios por cada uno de nosotros.

Una herida en el amor familiar o eclesial deja el corazón tocado para siempre. Tenemos que ser conscientes de que algunos de los niños –incluso de los monitores- pueden llevar dentro algunas de estas heridas. ¡Prudencia y caridad!

El Señor, que viene a curar nuestras heridas, nos ofrece en el transcurso de la vida personas, amistades y circunstancias en las que experimentar el amor limpio. La amistad mayor y más limpia nos la ofrece Jesucristo: hoy, en su Iglesia, podemos experimentar la amistad única y personal con el Señor Resucitado, su Corazón permanece vivo entre nosotros por su Iglesia, su Palabra y sus Sacramentos, sobretodo late en la Eucaristía, donde no deja de ofrecerse en sacrificio por nosotros, nos espera a cada uno para entrar en nosotros por la comunión y nos congrega para formar familia alrededor de su mesa.

“Y tú, ¿de quién eres?”, es la pregunta que nos lleva a constatar que pertenecemos a otras personas, que somos fruto de una historia de amor, aunque no exenta de fallos humanos. No nacemos como individuos aislados y tampoco nos “desarrollamos” en solitario. Somos “más personas” en la medida en que nos entregamos, en que pertenecemos fielmente a otras personas, en que amamos más y mejor, y en primer lugar a Dios, fuente misma del Amor.

La mejor manera de transmitir estas verdades será ratificarlas con nuestras obras y comportamientos. Debemos esforzarnos por vivir un campamento “en Familia”: sin divisiones ni exclusiones, con preferente atención a los que más lo necesiten. Viviendo la amistad sincera y limpia. Donde vivamos de la fe y la oración como fundamentos del día a día. Donde sepamos aceptarnos como somos y perdonarnos unos a otros una y otra vez.

Pidámosle a María, Madre del Amor, Reina de las Familias, que nos acoja en estos días en su casa y nos acerque a estos misterios, para que nuestro corazón se alegre y le cante agradecido todos nuestros días.

Plan de contenidos por días:

Lunes: “Y tú, ¿de quién eres?”

Pertenecientes a una familia. Los niños deberán acercarse al conocimiento de su familia, de su origen. Tendrán que caer en la cuenta de que siempre pertenecemos a alguien. Origen y pertenencia van de la mano. No somos aerolitos caídos del cielo. Somos eslabones de una cadena viva: somos parte de una historia.

Martes: “Padre de Jesús y Padre nuestro”.

Jesucristo, Hijo de Dios, Hermano Nuestro. Mediante el Evangelio debemos profundizar en la relación de Jesús con el Padre, del que procede y al que está muy unido. Trataremos de descubrir el Padrenuestro.

Miércoles: “La Trinidad: una Familia Modelo”.

La Familia Modelo es la Santísima Trinidad. Trataremos de ver como los medios de comunicación nos muestran un ejemplo de familia que dejan mucho que desear. A partir de aquí descubriremos una familia fundada en el amor: La Trinidad.

Jueves: “Invitados a la casa de Dios”.

Trataremos de ver la Historia de la Salvación como invitación de Dios a formar parte de su familia. Como Dios siempre ha llamado a hombres para que sean familia suya y a cada uno de nosotros en concreto. Esa es nuestra gran vocación.

Viernes: “Una gran familia que nace de la fe y del amor”.

Trataremos de comprender la pertenencia a nuestra familia eclesial por medio de los sacramentos y del mandato del amor. Un día especialmente eucarístico.

Sábado: “María: madre de nuestra familia”.

Este día lo dedicaremos por entero a la Virgen. Poniéndola como modelo de Madre y teniendo por seguro su maternidad para con nosotros.

Domingo: “Y ahora, ¿qué?”

¡A vivir! Trataremos de descubrir cómo podemos vivir todo lo que hemos visto durante la semana con respecto a Dios, la familia, la Iglesia y el mundo.

Horario general del Campamento

Mañana

8, 30 Levantarse y aseo.

9,00 Desayuno.

9,30 Limpieza de las habitaciones.

9,45 Oración de la Mañana. Presentación el día.

10,15 Reunión por grupos / Excursiones.

12,00 Piscina.

14,00 Tiempo libre. Teléfono.

14,30 Almuerzo.

Tarde

15,15 Recogida.

15,30 Rincones o siesta.

16,30 Talleres.

17,30 Merienda y descaso.

18,00 Preparación de la Misa.

18,45 Duchas.

19,45 Ensayo de cantos y Eucaristía.

21,00 Cena.

22,00 Velada.

00,00 Oración y descanso.